lunes, 27 de junio de 2011

Zombies Party: Secuela no autorizada

Por si alguno todavía no sabe a qué me decido, recalco que soy cantante-músico... Y entre varias y variopintas actividades musicales, trabajo en una orquesta... Un trabajo en el que tienes que amenizar las fiestas de los pueblos tocando un repertorio acorde y muuuuy variado para complacer a todas las edades y gustos posibles...
La gente no viene a verte a ti, tú tienes que ganártelos; y si eres cantante, recaerá sobre sí todo ese peso. Lo cuál es algo que poco a poco te va d
ando tablas
Es un curro bonito en cierto modo, si obviamos ese descontrol físico y mental que supone, ciertas condiciones cutres, la desternillante cotización que aportas, las tandas infinitas de días seguidos de bolos de 5 horas + montaje + viajes y viajes + escaso sueño + alimentación a base de lomo y queso... sin olvidar esa convivencia "gran hermánica" que, en el caso de no ser un capullo ruin, o sabes llevar o puedes acabar al borde de la quemazón... Sí, lo he experimentado, mucho... pero estoy curado, créanme.
Aún con todo ello, me gusta mi trabajo... y es que si no es por amor al arte no aguantas ciertas cosas, tanto lo referente a la orquesta como en otros contextos; además, esos otros contextos raramente te pueden dar de comer, y ese curro sólo puede ser bueno si es impulsado por una ilusión bestial... tengo jurado y perjurado que si algún día la pierdo, dejaré de hacer esto. No me quiero convertir en un petardo.

Pero no hablemos de las cosas malas malas, como pueden ser trepas, vendemotos y demás seres insufribles...
Hablemos de los inconvenientes graciosos; o al menos esos que se pueden describir de forma graciosa
Esos seres que deambulan por la España Profunda chinchando al Músico, o simplemente aportando grandes dosis de confusión mental con el mero hecho de existir y compartir cierto campo visible, auditivo, olfativo o espectral.

Hace un tiempo dediqué una minientrada en el tablón sobre Monty y una sección de su blog... Toda una enciclopedia sobre esos seres que nos encontramos en el mundo de la verbena... Repito: no es un mal trabajo, ni mucho menos; por supuesto que no; pero el encuentro con estos seres es inevitable. Y aunque aprendas a quedarte con la gente agradable que no tenga culpa de nada, a veces te pillan de improvisto.
Si alguien quiere saber de qué hablo y quiere conocer esa clasificación dejo el enlace:


Tras esta introducción, procedo al grano.
Hace poco, un día como hoy, fue un día de verbena en un pueblo cuyo nombre no debo decir. Fui tajantemente advertido por una persona que ya había estado allí currando el día anterior, que era un sitio "extraño". Poco antes de empezar el bolo, rememoré de nuevo esa clasificación de los Zombies de la Deep Spain, y por alguna razón, durante la noche fui algo más observador de lo habitual... Y es que hay tantos y tantos y tantos tipos de zombies que ni las letras del abecedario pueden enumerarlos; y me he visto en la necesidad de ampliar esa enciclopedia con nada más y nada menos que tres subespecies más...
Todo esto, con el permiso de Monty, por supuesto.
Aquí va...

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1.A. El zombie despechado

Observar por el resquicio de la puerta que te estás sacando el pene de la entrepierna para proceder a orinar en un wáter naufragando entre un charco de mierda líquida, le hará saber a este zombie masculino que perteneces a su mismo sexo y que por supuesto le entenderás mejor que nadie. Te explicará que las mujeres no tienen sentido, están locas y que por mucho que les entregues (que a saber qué), recibirás a cambio hostias; aunque incluso seas un capitán del ejército o tengas un cargo importante y estés por encima de toda inmunda mediocridad (o algo así pude traducir de su idioma); todo esto mientras sostienes tu miembro e intentas mear sin pisar el caldo alienígena digno de los efectos especiales de la película “Species”, que brota y fluye por el suelo. Tras salir del minicuarto del inodoro, intentará que le consueles mientras tú no dejas de oler el insufrible hedor que mana de su cloaca que poco a poco se te acerca cada vez más. La forma de evasión es sencilla pero imperiosa: ¡HUYE! Huye sin pensarlo porque sus intenciones podrían ser bastante poco pulcras.


1.B. El “no-zombie”


Todos tenemos un jefe. Yo tengo un jefe, que compagina sus labores como tal con tocar el bajo en los bolos de la orquesta, además de montar, desmontar y demás tareas… currante nato y ser entrañable e “imitable” que hay que conocer; aunque tenga sus defectos comunes de jefe, que siempre vienen de serie.
Los jefes, a su vez también pueden tener jefes, o sucedáneos, pero la cuestión a aclarar ahora mismo es que ni aquéllos tienen por qué ser también mis jefes ni yo tengo por qué conocerlos, puesto que el servicio que presto a MI jefe se escapa y difiere completamente del mundo o jerga que exista entre éste y su jefe… Hablamos, señores, del representante.
Ese señor que se postra majestuoso y firme, normalmente al lado o cerca de la mesa de sonido, emanando de su silueta el resplandor del poder que cree tener; y observa con su gran capacidad crítica y su gran conocimiento supremo de lo que está bien y mal, la actuación de unos seres ejecutando algo de lo que probablemente no tenga conocimiento, Música. Aún así no se cohibirá de soltar comentarios muy poco venidos a cuento sobre ese trabajo que en el fondo desconoce.
Puede parecer que este espécimen no corresponde al género zombie, pero están muy equivocados si así lo piensan. Pueden perfectamente reunir todas las características de este orden de la “parataxonomía“… De hecho, si cometes la temeridad de encontrártelo en alguna zona que te identifique como miembro de la orquesta, como por ejemplo, la mesa de sonido, y no haya nadie alrededor habituado a su trato, te balbuceará con un dialecto del idioma zombie, propio de este subgénero; mientras espera que le entiendas y que por supuesto tengas la decencia vital de conocerle… Sí: son muy reconocibles, pero a riesgo de que me llamen “capullo”, resulta gratificante actuar como si no fuera así… aunque bien mirado, es cierto que ni lo conozco ni lo tengo por qué conocer… Sea como sea, la reacción indigna de este ser será bastante cómica y su frustración durará hasta que llegue el momento en el que se marche, y te lo cruces según sales de la puerta del camión escenario en el descanso, y te balbucee que “le digas otra vez a ese cantante que no me conoce quién soy”, y ese cantante resulta que eres tú… Pero en fin: hay cosas para las que aun no se han encontrado explicación.


1.C. El zombie arrepentido


Todos sabemos que una característica de absolutamente todos los zombies, sean del género que sean, es tirar cosas al escenario… Los motivos, aunque se sobreentienda son varios, son aún desconocidos.
Vasos (con o sin contenido), hielos, botellas, muñecos, sombreros, sombreros, sombreros, monedas, objetos voladores no identificados… cualquier cosa menos cacahuetes, que sería lo más coherente. Algunos lo tienen como ritual predominante, otros son practicantes ocasionales, otros lo han dejado o aún no lo han probado; pero TODOS lo han hecho alguna vez o lo harán.
Lo insólito y surrealista será que después de la actuación se te acerque uno de ellos muy muy muy arrepentido implorándote su perdón; aclarándote que el ritual que él y sus congéneres estaban realizando en conjunción con gran parte del resto del público, consistía en lanzar al aire con mucho ímpetu el contenido líquido de esos litros (cachis, minis o como se les quiera llamar), con o sin el recipiente de plástico incluido, supongo que para rendir tributo a una especie de deidad zombie; pero que su intención no era para nada que ninguno de esos materiales etílicos y plásticos cayeran cobre el escenario…
Por supuesto esto es una traducción “zombie-garduño-castellano”, pero aún con el testimonio descifrado ante sus ojos, no intenten buscar un por qué. Repito e insisto: hay elementos y características que no pueden hayar explicación entre nosotros, los mortales. Pero aún así, pude sospechar ante ese fugaz y maloliente encuentro que, por lo que contaba y cómo lo contaba, el sujeto podía haber sido víctima de una mordedura de zombie, y estuviera en plena fase de transformación irreversible…
Lo cual me obliga a advertirles que tengan mucho mucho cuidado…

Pasen y vean

Bienvenidos a este mi blog...
Mi cajón de sastre desastre donde encontrarán un poquito de todo...
Blog que procedo a reestrenar de alguna manera, puesto que en el fondo nunca le di caña a esto, salvo el acto de inaugurarlo y pegar entradas de ciertas paridas reflexivas extraídas de alguna red social... Paridas muy serias, eso sí.
En vista de lo que puede dar de sí un blog, no quiero que se componga solo de despotricación, frustración y odio a la hipocresía. Esa época de quemazón agotador hace tiempo que pasó... y ahora que soy una especie de ser más pleno y con ciertos "nirvanas" alcanzados, dejemos que cada cual haga lo que le salga del capullo que yo tengo claro cómo quiero elegir los caminos que quiera tomar...


Así mismo, anuncio que en breves en cuanto se pueda, my friki partner in crime, Keka y yo inauguraremos un blog conjunto de chorradas varias de la vida, desde el ojo más friki, irónico y miope

Coming soon